PLANIFICAR LA SALUD
No es lo mismo prevenir la enfermedad que planificar la salud
Una mayor seguridad y mejor salud en los puestos de trabajo es, además de cumplir con la ley, una oportunidad de mejorar tanto el rendimiento de las empresas como la salud y el bienestar de la sociedad al completo.
Nuestro sistema de salud, sin embargo, es un sistema centrado en la enfermedad, no en la salud. Y la prueba de ello es que invertimos más en tratamientos que en prevención y educación para la salud.
La empresa saludable no debería construirse siguiendo el paradigma actual de salud que tenemos, centrado en la prevención de la enfermedad, sino en la planificación de la salud. Porque no es lo mismo prevenir la enfermedad que planificar la salud.
El primer paso para conseguir ese cambio de paradigma sería incluir la salud en la misión de la empresa. Hasta ahora hablamos de introducir la salud en la estrategia de la empresa. Pero la estrategia de la empresa tiene prioridades y la salud puede convertirse en un objetivo menor. Por el contrario, si la colocamos en la misión, no hay forma de dar un sólo paso en la estrategia de la empresa sin contar con ella.
El segundo paso sería incluir la salud en el perfil del puesto de trabajo, pero no como riesgo de enfermedad, sino como oportunidad de mejorar la salud. Sería algo así como los “beneficios colaterales” de trabajar en un determinado puesto. Los riesgos serán nuestros mejores aliados: verdaderas palancas de cambio hacia la salud. Una vez analizados, en lugar sólo de prevenirlos, los convertiremos en oportunidades para el trabajador, incluyendo un plan que consiga que el trabajador tenga una ventaja de salud frente al resto.
Las nuevas generaciones exigen a sus puestos de trabajo y a sus empleadores características diferentes a las que las generaciones anteriores exigían. Ahora vemos como las empresas tienen planes de conciliación familiar, ofrecen la posibilidad de teletrabajo, diseñan espacios de trabajo dinámicos y creativos para atraer nuevos talentos. Es el momento de detallar la salud en el “job description”, explicando a los jóvenes trabajadores qué ventaja de salud le proporciona ese puesto de trabajo.
El tercer paso, ahora sí, una vez tenemos la salud en la misión de la empresa, en su centro neurálgico, podemos empezar a diseñar esa estrategia empresarial y los objetivos para llevarla a cabo incluirán siempre la salud. Porque al poner la salud en el mismísimo ADN de la empresa, la salud hay que planificarla como otro objetivo más y de forma transversal aparecer en cada una de las estrategias de la empresa.
Como parte de esa estrategia, y de la misma forma que existe un manual de Calidad o de Prevención de riesgos, deberíamos diseñar un Manual de Hábitos Saludables de la Empresa, que esté alineado con la cultura de la empresa. Teniendo en cuenta que el envejecimiento de nuestras plantillas es ya una realidad y que va a más, evitar la enfermedad no será suficiente: tenemos que planificar la salud de nuestros trabajadores si queremos que lleguen sanos, felices y productivos hasta el final de su vida laboral.